ISSN 2696-5151

NUMERO: 15 AÑO: 2019
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Autor: Prof. Santiago Palmieri (Argentina)
Líderes, cabezas de grupo, estrategas, tacticistas, conceptualistas, cerebrales, impulsivos. Ser entrenador de fútbol es un privilegio, pero lo es más aún quedar en la historia por ser un ganador o dejar una huella, un estilo, algo que perdura mucho más en el tiempo que un campeonato.
Helenio Herrera, Rinus Michel, Osvaldo Zubeldia, César Luis Mennotti, Carlos Salvador Bilardo, Mario Zagallo, Arrigo Sacchi, Giovanni Trapattoni, Louis Van Gaal, Marcelo Lippi, Johan Cruyff, Sir Alex Fergusón, Vicente Del Bosque, Fabio Capello, Carlo Ancelotti, José Mourinho, Carlos Bianchi, Diego Simeone, Josep Guardiola, Marcelo Gallardo, Zinedine Zidane, Jurgen Klopp. Y la lista puede seguir. Cada uno con sus formas, sus ideas, sus caprichos, sus pasiones, su forma de sentir este deporte, su forma de manejar el grupo. Todos campeones, ganadores, pero mejor aún, con su sello, su ADN, su identidad, su forma de hacer las cosas. Y en eso me quiero detener, de hecho, de eso se trata esta nota, de LA FORMA DE HACER LAS COSAS, la METODOLOGÍA. En términos científicos metodología es un vocablo generado a partir de tres palabras de origen griego: meta (“más allá”), odòs (“camino”) y logos (“estudio”). El concepto hace referencia al plan de investigación que permite cumplir ciertos objetivos en el marco de una ciencia. La podemos entender como el conjunto de procedimientos que determinan una investigación de tipo científico o marcan el rumbo de una exposición doctrinal. Es importante la distinción entre el método (nombre que recibe cada plan seleccionado para alcanzar un objetivo) y la metodología (rama que estudia el método). El metodólogo no se dedica a analizar ni a verificar conocimiento ya obtenido y aceptado por la ciencia: su tarea es rastrear y adoptar estrategias válidas para incrementar dicho conocimiento.
Traduciéndolo a este deporte, la metodología sería la forma que elegimos para entrenar, para planificar la semana, para enfrentar un partido y para lograr nuestro objetivo, que, como entrenadores, se traduce en lograr el jugar de nuestro equipo, nuestra identidad, nuestro ADN, según las características de nuestros jugadores, el sentir propio, la cultura futbolística del club, liga o país y, recién en última instancia, orientar esas formas a conseguir el fin propio de todo juego, que es el ganar.
Como la ciencia avanza junto con la tecnología, el avance explosivo tecnológico de las últimas décadas ha impulsado (y viceversa) el avance científico, en cualquier ámbito de la vida, incluido el deporte y, por supuesto, el fútbol, aunque en ciertos sujetos cuesta entender que este deporte evoluciona, y prefieren permanecer en su zona de confort, gritando a los cuatro vientos “pero si en el fútbol está todo inventado”. No me voy a detener a criticar este pensamiento, este escrito tiene otra finalidad. Ojalá pueda convencerlos.
Una de las disciplinas que lidera el campo de acción hoy en día es la Neurociencia. La Neurociencia es el conjunto de disciplinas científicas que se encargan del estudio de cómo se desarrolla el sistema nervioso, su estructura y lo que hace, centrándose en el cerebro y su impacto en el comportamiento y las funciones cognitivas (del pensamiento).
Las neurociencias avanzan en el campo de las metodologías del entrenamiento y nos permiten entender cómo, nosotros los entrenadores, podemos ayudar a acelerar el proceso de aprendizaje de un jugador (más aún en períodos formativos) mejorando los contenidos y la estructura de nuestros entrenamientos, no sólo en campo, sino también a través de lo que llama entrenamiento cognitivo, con sesiones de video o de charlas tácticas que tienen participación protagonista de los jugadores. El objetivo es generar aprendizajes significativos, que perduren en el tiempo, que pasen rápidamente al inconsciente (hábitos), permitiendo un entendimiento mayor de juego, aumentando la potencia prospectiva del futbolista, lo que le permita resolver situaciones de juego de forma correcta y lo más rápido posible.
Hecha ya una introducción rápida a las neurociencias, me queda definir, de forma muy general, las otras tres “patas” que, a mi humilde entender, sostienen a las metodologías actuales de entrenamiento en el fútbol: constructivismo, pensamiento sistémico y las dos corrientes de entrenamiento más fuertes del momento, la Periodización Táctica y el Entrenamiento Estructurado.
El CONTRUCTIVISMO es una escuela del conocimiento, que concibe el aprendizaje como un proceso único y personal que se da entre el sujeto (futbolista) y el objeto a conocer (deporte), y coloca al enseñante (entrenador) como facilitador de dicho proceso. Desde una postura psicológica y filosófica argumenta que el individuo forma o construye por sí mismo gran parte de lo que aprende y comprende, en relación con el contexto que lo rodea, y pone al maestro en un rol no protagónico, en el que no enseña en el sentido tradicional de impartir conocimientos, sino que debe ser un facilitador del aprendizaje, manipulando de diferentes maneras la interacción del jugador con el medio (compañeros, rivales, espacios, etc.) donde el sujeto que aprende debe ser participante activo para adquirir y perfeccionar conocimientos y habilidades. Esta teoría recalca fuertemente la influencia del exterior (contexto) en la construcción del conocimiento.
El PENSAMIENTO SISTÉMICO se basa en la percepción del mundo real en términos de totalidades para su análisis, comprensión y accionar, a diferencia del planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de manera inconexa.
“El todo es más que la suma de las partes” proclamaba Aristóteles hace varios siglos atrás. Lo que indica este pensamiento es que las partes de un sistema no se pueden mejorar por separado y después pretender que al unirlas mejoren el todo, sino que deben ser mejoradas en su conjunto, con las interacciones pequeñas que no se ven entre ellas cuando funcionan como un sistema. Traducido al fútbol, no podemos pretender que entrenando únicamente por separado la parte física, técnica, táctica y psicológica de los futbolistas por separado luego en la competencia estas dimensiones “se unan” para mejorar el rendimiento. Es muchísimo más efectivo entrenarlas como un todo, como un sistema, de forma holística, interrelacionadas, que es como realmente funcionan en la competencia.

Un entrenamiento basado en esta teoría del pensamiento, es un entrenamiento basado en el juego, donde el jugador relaciona constantemente experiencias previas con nuevas, en un ambiente imprevisible, real, donde el cerebro tiene la posibilidad de aprender con valor contextual agregado, del entorno real de competencia, donde se entrenan los conceptos de juego y la acción, y donde la técnica de aprender por arrastre.
Debemos priorizar los rondós, los juegos de posesión y posición, los partidos condicionales, los juegos reducidos, por sobre los trabajos analíticos como ruedas de pases, circuitos físicos aislados, remates sin oposición, etc. Esto no quiere decir que lo analítico no tenga valor, ya que de hecho lo tiene, para perfeccionar lo que se aprende jugando, pero le debemos dar, sobretodo en fútbol formativo, prioridad al entrenamiento situacional, sistémico, global, sintético, contextual, etc

El ultimo pilar de estas nuevas tendencias metodológicas de fútbol, lo sostienen dos corrientes de entrenamiento pioneras desde comienzos del siglo XXI: la PERIODIZACIÓN TÁCTICA (PT) y el ENTRENAMIENTO ESTRUCTURADO (EE).
Lo que tienen de similar, lo tienen de diferentes.

Para entender de qué se trata la PT, nos remitiremos a un texto del libro “Periodización Táctica vs. Periodización Táctica”, del entrenador español Xavier Tamarit, que nos dice los siguiente:
“” Para que pueda llevarse a cabo la Periodización Táctica es preciso que exista una Idea de Juego clara, definida, estructurada y coherente en todos sus momentos del Juego, la cual deberá ser operacionalizada a través de unos Principios Metodológicos determinados -Principio de las Propensiones, Principio de la Progresión Compleja y Principio de la Alternancia Horizontal en especificidad- que difieren de los principios metodológicos convencionales. Sólo si se dan estas condiciones: la sistematización de una Idea de Juego más su operacionalización a través de los Principios Metodológicos nombrados; podremos decir que se está llevando a cabo la Periodización Táctica. Es decir, es una metodología objetivable con unos Principios Metodológicos que deben ser cumplidos y que nos permiten poder discernir claramente sobre si alguien entrena según la Periodización Táctica o no. Esta Idea de Juego del entrenador, que acabará siendo el Modelo de Juego al encontrarse con una realidad y al ser concretizada (el Modelo de Juego es aquello que existe en términos estructurales y funcionales, y que permite que un equipo revele unas regularidades que lo identifican, esto resultante de la realización de una determinada operacionalización, la cual produce que los cuerpos de los jugadores queden estructuralmente condicionados a todos los niveles), deberá sostener los Momentos que forman el Juego y deberá permitir lidiar mejor con las particularidades de sus instantes -Momento Ofensivo, Momento Defensivo, Transición Ataque/Defensa y Transición Defensa/Ataque- a través de sus Principios, SubPrincipios y SubSubPrincipios de Juego, los cuales serán quienes orienten todo el Proceso desde el inicio de temporada hasta su fin, procurando la producción de un jugar pretendido. Orientación que se dará estando en ocasiones más preocupado con unas u otras cosas de ese jugar, pero sin que exista nunca pérdida de Sentido. No existirá pérdida de Sentido, entre otras cosas, cuando se tenga una idea previa sobre el referencial colectivo -tanto por parte del cuerpo técnico como de los jugadores. De ahí a la importancia de una idea global del juego desde el inicio del Proceso. La Periodización Táctica, por lo tanto, será dirigida por una Matriz tanto conceptual como metodológica -una Idea de Juego y su operacionalización basada en unos Principios Metodológicos- tratando de alcanzar una Organización Colectiva de calidad, incidiendo a su vez en la mejora individual, de modo que el evolucionar de cada jugador dentro del colectivo interfiera en la mejora del mismo. De esta forma, evidenciamos que la Periodización Táctica no sólo se preocupa por el colectivo como muchos afirman, sino también por lo individual. Siendo así, la Especificidad sólo existirá cuando la intervención del entrenador no sólo se enfoque en el Plano Macro del jugar, sino también en el Plano Meso y en el Plano Micro, es decir en las particularidades, pretendiendo así que ellas y su interacción, tanto entre ellas como con el todo, contribuyan al todo. Estamos hablando de una Metodología Sistémica y que como tal no entiende las partes sino están dentro de un todo. Y me refiero a todos los niveles. También los Principios Metodológicos deberán entenderse a través de su interacción e interrelación, pues al entenderlos de manera aislada “carecen de una ajustada y coherente Articulación de Sentido, pues se encuentran imbricados e implicados de forma interactiva e interdependiente en el mismo proceso, motivo por el cual, por sí nada valen”, Jorge Maciel””
Al leer y releer esto, que es sólo una ínfima parte de todo el contenido de este libro, pareciera que estamos atravesando un laberinto en nuestro cerebro que nos puede llevar a muy diversos lugares. La PT es una metodología de entrenamiento que entrena el jugar de nuestro equipo desde el día 1 de pretemporada hasta el último día del calendario. Recomiendo interiorizarse en este sistema de entrenamiento, creado por el portugués Víctor Frade, tal vez no para desarrollarlo al 100%, pero si para utilizar herramientas que nos permitan mejorar nuestros entrenamientos, y sobretodo, mejorar como entrenadores.
Por otro lado, el Entrenamiento Estructurado tiene como principal interés lo que sucede en el interior del deportista. El deportista debe analizar lo que sucede en su entorno competitivo y a partir de ahí adaptarse y buscar soluciones para conseguir el objetivo. El fútbol es un deporte con un entorno muy variable y la mejor forma de entrenar y preparar a nuestros jugadores será aportando incertidumbre y variabilidad al entrenamiento. Otra característica importante es la interrelación de todas las estructuras que conforman el entrenamiento, (figura 1), en las tareas. El plantear tareas, dando énfasis a una estructura en concreto, pero donde intervengan las demás, permitirá crear situaciones de entrenamiento muy parecidas a la realidad competitiva donde el jugador/equipo podrá interpretar y buscar las soluciones más adecuadas a sus características mejorando individualmente y colectivamente.


El EE, cuyo autor es el preparador físico Francisco Seiru – Lo, divide el tipo de tareas o de trabajo a realizar dentro de cada sesión en trabajo general, dirigido, especial y competitivo y estos van de menor a mayor especificidad. Según el momento de la temporada (pretemporada, playoff…), el rival (primer clasificado, equipo de zona baja) el día de la semana (sesión regenerativa, sesión dinámica extensiva, etc…) daremos más importancia y protagonismo a un tipo de ejercicios u otros, siendo el trabajo especial y competitivo el más utilizado una vez empezada la competición.
Cuando uno se pone a estudiar estas dos corrientes, al principio genera confusión para encontrar en que se parecen y en que difieren. Aquí dejo una tabla comparativa de ambas:

Como siempre digo, las metodologías no existen para imitarlas al 100%, sino que nos permiten expandir nuestra perspectiva de entrenamiento, posibilitándonos aplicar cada una de ellas en el momento oportuno.
Para concluir este texto, cuyo objetivo no es imponer nada sino dar a conocer de que se tratan las metodologías “actuales” de entrenamiento en materia de fútbol, considero importante aclara que en mis 5 años trabajando como formador en fútbol infantil y juvenil y como 2° entrenador en un equipo de Primera División de liga semi profesional de Argentina, jamás me he encerrado en una sola forma de hacer las cosas, porque considero que ninguna persona es igual, por lo tanto ningún club es igual, ningún pueblo, ciudad, país ni cultura son iguales, por lo que es determinante conocer primero a quienes nos dirigimos, cuáles son sus características motrices, cognitivas, emocionales, para buscar en nuestro cerebro cual es la mejor “forma de hacer” con esa/s persona/S, ya que como dice el profesor portugués JULIO GARGANTA, LO IMPORTANTE DE LAS METODOLOGÍAS NO ES PROCLAMAR SU OMNIPOTENCIA SINO CONOCER Y ESTUDIAR SUS LÍMITES.
Excelente artículo y como Psicologo deportivo estoy de acuerdo con el enfoque que propone desde las neurociencias
Muchas Gracias por darnos tu opinión Carlos, un saludo desde España.
Interesante que fútbol moderno se esté aplicando la neurociencia…
Mis más sinceras felicitaciones por tu artículo, excelente para quienes de una manera muy superficial nos metemos en este mundillo llamado futbol de base
Muchas Gracias Fernando!! Le pasare tus felicitaciones al autor y gracias por comentar, nos interesa la opinión de todos. un saludo
Maravilloso aporte para todos los que estamos involucrados en este mundo del futbol en general, pero sobre todo en las etapas formativas