ISSN 2696-5151

NUMERO: 23 AÑO: 2019

Numero de Visitas: 1.086

Autor: Prof. Santiago Palmieri (Argentina)

“Tener una idea es siempre mejor que no tener ninguna” Marisa Gomes Silva

Cuando comenzamos a “intentar” descifrar de que se trata esta metodología de entrenamiento creada específicamente para el fútbol, nos encontramos con un montón de palabrería nueva, conceptos que tal vez nunca hayamos interiorizado, ni en nuestra formación como jugadores y tal vez ni siquiera en nuestra formación como entrenadores (la palabra que engloba al Director Técnico, al Asistente, al Preparador Físico, etc.).

Intentaré en este primer texto sobre este tema, explicar de forma sencilla cómo y porque surge esta metodología.

El fútbol desde sus inicios ha sufrido grandes cambios evolutivos, desde el número de jugadores, el reglamento, el campo, etc… también ha evolucionado la forma de entrenar y la importancia del entrenamiento y la preparación de los futbolistas. Ha medida que el juego avanzaba, se globalizaba y llegaba a más hogares, comenzó a surgir la necesidad de aumentar el nivel de las personas protagonistas del espectáculo. Los directores técnicos tuvieron la necesidad de sumar profesionales del entrenamiento a su grupo de trabajo. Estos “especialistas” fueron los profesores de educación física, educados en aquellos tiempos bajo las metodologías de entrenamiento provenientes del atletismo.

También hay que aclarar que por más de cuatro siglos el mundo ha sido regido y educado sobre la luz del paradigma cartesiano, una forma de pensar que nos enseñó mucho tiempo a aislar los objetos de su contexto, a separar las disciplinas, a dividir los problemas, en vez de unirlos e integrarlos. Durante mucho tiempo fuimos inducidos a reducir lo complejo a lo simple, es decir, a separar lo que está unido, a descomponer y no a recomponer, a eliminar todo aquello que traiga desorden y contradicción a nuestro entendimiento. Este reduccionismo lleno el mundo del fútbol de especialistas que se encargaron de fragmentar el entrenamiento y por ende el juego. Durante mucho tiempo, y aún hoy en día, encontramos metodologías de entrenamiento que sugieren que se debe comenzar primero por lo aeróbico para después ir a lo anaeróbico: iniciar la preparación partiendo de lo general para después ir a lo específico; primero entrenar sin balón dando énfasis en mejorar las llamadas capacidades convencionales y después inferir en los entrenamientos técnicos y tácticos, entre otros.

Lo que debemos entender aquí, es que todas las metodologías provenientes del atletismo, fueron creadas justamente para deportes individuales, con gran tiempo de preparación y un período competitivo reducido (periodización olímpica). Vayamos al fútbol: ¿Cuánto dura el período preparatorio? De 4 a 6 semanas. ¿Cuánto dura el período competitivo? De 6 a 9 meses. ¿Debe ser igual la metodología de entrenamiento para deportes individuales de tiempo y marca que para deportes colectivos de decisión e incertidumbre? Yo pienso que no.

Es crucial, si queremos intentar entender la Periodización Táctica, hacer un esfuerzo por intentar salir de esa forma de pensar cartesiana que tanto tiempo nos han metido en la cabeza.

Bajo este contexto nos encontrábamos a mediados del siglo XX. Y como el fútbol es un fenómeno social, insertado dentro de una sociedad, practicado y pensado por personas, por supuesto no estaba alejado de esta realidad.

Ciertas mentes inquietas comenzaron a cuestionarse la forma de pensar. Alrededor de los años 50, surgió la Teoría General de Los Sistemas, que fue dando origen a lo que hoy conocemos como Pensamiento Sistémico (explicado en el artículo anterior). A la vez, varias personas sumergidas en el mundo del entrenamiento deportivo, comenzaron a pensar que tal vez las formas de entrenamiento en los deportes colectivos no tenían porque ser igual a la de los deportes individuales.

Empezaron a refutar el pensamiento cartesiano y a preguntarse; ¿será este el mejor camino para entender y actuar sobre una realidad compleja, en nuestro caso, el entrenamiento y el juego del fútbol?

Capra (2006), nos dice que el contexto adquiere una importancia fundamental en la comprensión de la realidad, siendo que los problemas que nos envuelven no pueden ser entendidos aisladamente, pues son problemas sistémicos, lo que significa que están interconectados y son interdependientes. Entender las cosas sistémicamente significa “colocarlas dentro de un contexto y establecer así la naturaleza de sus relaciones”.

El jugar es un todo complejo. Lo es porque las personas que lo juegan son complejas y distintas. Lo es porque las características del juego son complejas (física, técnica, táctica, psicológica, emotivo – volitiva). Lo es porque hay relaciones de colaboración – oposición. Lo es porque un equipo de fútbol es un sistema complejo. Y lo es, fundamentalmente, porque todo esto se relaciona de manera compleja, una y otra vez, infinitamente.

Bajo este panorama de complejidades, se entiende que el juego del fútbol es un sistema ultra complejo. Como todos sabemos, la forma de entrenamiento que adoptemos condicionará la forma de jugar que el equipo manifestará en la competencia. Entonces, si es el fútbol un juego de complejidades: ¿no será necesario un sistema de entrenamiento que refleje en la semana todas esas complejidades que se dan en la competencia? ¿No será mejor acercar al jugador y al equipo a una forma de entrenar que tenga que ver con lo que puede llegar a pasar el próximo domingo? ¿No será mejor que lo físico, lo técnico, lo táctico, lo psicológico, lo emotivo – volitivo, se relacione en la semana tal cual se relaciona el fin de semana? Bajo todos estos cuestionamientos, es que surge, en el año 2000, de la mano del profesor portugués Vítor Frade, la Periodización Táctica, como necesidad de una evolución en la forma de pensar de los seres humanos.

La Periodización Táctica, busca, a través del entrenamiento y de respetar ciertos Principios Metodológicos, acercar al jugador y al equipo a un jugar pretendido por el entrenador. Su principal objetivo es, desde el día uno del período preparatorio, desarrollar ejercicios en el plano individual (jugador), sectorial (cada línea de juego), intersectorial (dos líneas de juego), grupal (dos jugadores de una línea) y colectivo (todo el equipo), que coloquen al cerebro del futbolista en realidad de partido (NEUROCIENCIAS). Todo, absolutamente todo, lo que hagamos en nuestra semana, estará íntimamente relacionado a desarrollar el Modelo de Juego pretendido para determinado partido, relacionando a los jugadores, para que interactúen entre sí, tal y como lo harán en la competencia. No sólo busca generar una idea de juego, también busca potenciar el rendimiento individual de cada jugador, de acuerdo al contexto en el que se va a desarrollar, ya que, como expresa Marina (2004), “no nos olvidemos que cada uno de nosotros somos lo que somos dentro de un conjunto de relaciones en el que estamos incluidos”.

El fútbol es un juego colectivo constituido por individualidades que se relacionan y hacen emerger una dinámica en un todo funcional, donde el entrenador modela seres humanos en interacción, sea entre ellos o sea con el ambiente que los rodea. Trabajar en PT nos convierte a los entrenadores en “creadores de contexto” y nos obliga a movernos del lugar del protagonismo para dejárselo a quien verdaderamente lo necesita, el jugador (CONSTRUCTIVISMO).

Hecho aquí una breve introducción sobre cómo nace esta forma de entrenar y que es lo que busca, necesito aclarar lo siguiente: soy una persona que trato de no vivir en los extremos, considero que la verdad (o lo más parecido a ella) se encuentra siempre en el medio de ambos lados. También considero que las ideas nuevas serán impulsoras de cambios siempre y cuando se asienten sobre las bases de “lo viejo”. Hay que crear sobre lo ya edificado, no destruir y reemplazar. Muchas veces en pos del progresismo y de las modas, dejamos de lado cosas que tienen un gran valor. Pero vayamos al otro lado: ¿cuánta gente hay que lleva años ya entrenando y sumergido en este mundo que desprecia todo lo “nuevo”? ¿Cuantos entrenadores no pueden crecer producto de su “mentalidad fija”, esa que les da su formación de jóvenes y que no les permite desarrollar una “mentalidad de crecimiento”, esa que les alberga el deseo y la acción de abrirse a nuevos conocimientos? Es por eso que esta metodología, que ya lleva 30 años en el mundo del fútbol, fue (y sigue siendo) marginada y despreciada por muchos.

Tal vez, y esto es una opinión personal, la Periodización Táctica sea hoy en día la mejor metodología de entrenamiento para el fútbol, y es por lejos la que más nos acerca al jugar pretendido. No obstante, me pregunto: ¿Será correcto llevar adelante esta forma de trabajo en un 100%? ¿O podemos matizarla con lo viejo? ¿Podemos establecer en la semana un Morfociclo Patrón que contenga en sus días trabajos relacionados a las capacidades condicionales? ¿Lo analítico ya no tiene más valor? ¿No será posible utilizar lo mejor de cada metodología? ¿No podremos comenzar nuestros entrenamientos trabajando bajo este sistema y finalizarlos con trabajos analíticos para compensar lo que la Periodización Táctica no “llega” a tocar? ¿Por qué no se podrá acaso realizar un día de duración en el que se trabajen los grandes Principios de mi Modelo de Juego, con gran cantidad de jugadores, en un espacio amplio y finalizarlo con algún trabajo intervalado, algún fartleck, algún intermitente? Duración y la capacidad de resistencia no son lo mismo, pero ¿No se podrán relacionar? Tampoco es lo mismo Tensión que fuerza, pero ¿no podremos un día de tensión realizar por la mañana trabajos de prevención o de fuerza en el gimnasio y por la tarde realizar el entrenamiento de SubPrincipios o Sub – Sub Principios en espacios reducidos y poca cantidad de jugadores? Tampoco la velocidad de la PT es igual a la velocidad de las metodologías convencionales (si es que está bien usada la palabra convencional), pero ¿no podremos el día viernes de la semana típica trabajar la velocidad conceptual, la velocidad táctica, la velocidad cognitiva y la velocidad física? ¿No será posible en un primer momento del día entrenar el cerebro y el contexto del futbolista, para luego, cuando no hay más necesidad de pensar, entrenar también las capacidades físicas de manera asilada?

En el próximo articulo intentaré traducir a lenguaje terrenal todos los conceptos de la Periodización Táctica (Sistema, Modelo de Juego, Especificidad, Supradimensión Táctica, Intensidad Máxima Relativa, Concentración, Propensión, Progresión Compleja, Alternancia Horizontal en especificidad, Morfociclo Patrón, Principios, Sub-Principios, Sub-Sub-Principios…), a la vez, que trataré de mostrar una manera de trabajar en la que utilizaremos distintas formas de hacer las cosas y de acercar al jugador a su máximos rendimiento.

Maneras de ganar hay muchas; maneras de hacer las cosas más aún. Lo que debemos tener en claro es cuál va a ser la nuestra. Cuál es la que más nos convence. Pero tenemos la obligación como entrenadores de estudiar y comprender todas las metodologías, porque es la única forma de tener diversidad de herramientas para darle a nuestros jugadores. Debemos tener siempre el deseo a aprender más, a conocer más, a sumar más cosas a nuestro repertorio. Y lo más importante de todo, DEBEMOS TENER LA CAPACIDAD PARA DUDAR DE NUESTRAS FORMAS, DE NUESTROS PENSAMIENTOS, DE CUESTIONARNOS PRIMERO A NOSOTROS MISMOS ANTES QUE A LOS DEMÁS Y DE NUNCA PENSAR QUE SABEMOS TODO. De lo contrario, no estaremos a la altura de lo que demanda nuestra hermosa profesión.

× ¿Cómo podemos ayudarte?