ISSN 2696-5151

NUMERO: 26 AÑO: 2019

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Autor: Podólogo Alberto Martinez Oller (España)

Las asimetrías pélvicas en si mismas, aunque inicialmente no supongan un problema por ser mínimas, son situaciones potencialmente lesivas. Como en otras patologías, dependerá de la demanda que hagamos a dichas estructuras.

De esta forma, la típica expresión de todos tenemos una pierna mas larga que otra, como frase para relativizar tal situación debería ser revisada.

Cierto es que el crecimiento es asimétrico y si al finalizar este hay diferencia de extremidades esta podrá ser un punto débil en un futuro.

¿de qué dependerá? Básicamente de la diferencia real y de la demanda que hagamos a las extremidades inferiores, pues pequeñas diferencias en extremidad inferior que entran dentro de patrones fisiológicos, pueden ser lesivos en deportistas de elite o personas cuya actividad laboral comporte una demanda importante de la extremidad inferior, por supuestos detalles como el calzado, el peso etc. serán también determinantes. Al contrario nos encontramos en asimetrías más importantes pero donde la actividad laboral es sedentaria y la actividad deportiva mínima, en estos casos pese a tener desequilibrios valorables su implicación lesiva futura será menor.

Determinados deportes, por su repetido gesto deportivo, pueden acabar desequilibrando musculatura y por ende la báscula pélvica, provocando basculaciones y rotaciones.

Dichas anomalías, con frecuencia dan respuesta a lesiones como la cintilla iliotibial o rodilla del corredor, trocanteritis, síndrome del piramidal y un largo etc.

En deportes donde existe linealidad, como el running patologías estructurales o posturales por otras causas, pueden demandar asimétricamente mas a un grupo muscular, sobre todo si hay una desalineación del recorrido tendinoso y por tanto de su función. Perdiendo eficiencia y aumentando el riesgo de lesión.

En deportes en cambio donde los movimientos son asimétricos, en lo que respecta a las patologías mencionadas, suelen no ser tan lesivos, pues la demanda muscular jamás coincidirá con la contralateral, este hecho

puede también provocar paradójicamente una corrección de la postura anómala o potenciar el desequilibrio en función de la lateralidad de la persona zurda o diestra.

Por todo lo anterior, es importante una buena valoración global del individuo, tanto de su estructura osteo articular como musculo ligamentosa y una vez mas aquí debemos estar implicados todos, traumatólogos, fisios-osteopatas, entrenadores personales, dietistas, podólogos y un largo etc.

Conseguir que un paciente con dolor en la rodilla por una tendinopatia deje de sentir dolor es fantástico, pero si una de las causas es mecánica, deberemos valorar como poder recuperar la eficiencia de esa estructura o en el mejor de los casos estaremos ante mejorías parciales o recaídas al poco tiempo.

Dichas causas mecánicas, a menudo suelen no estar en la zona lesionada, si no responder a cadenas lesionales ascendentes o descendentes. No son pocas por ejemplo, las fascitis plantares por hiperpronación unilateral debidas a una basculación y rotación pélvica por un movimiento de repetición a nivel deportivo o a la inversa, anomalías en la función ligamentosa del pie, provoca una pronación asimétrica que genera una rotación interna de la pierna y acaba implicando a la báscula pélvica

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