ISSN 2696-5151

Importancia de seguir un método para acompañar personas ...

Numero: 49 Año: 2020

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Autora: Psi. Jimena Pereyra (Argentina).

El desafío mas grande, como padres, es acompañar a tus hijas/os en su camino de vida. 
Entiendo “acompañar” como la acción que una persona lleva a cabo respecto de otra: está ahi, al lado, codo con codo, comparte la vida con todo lo que implica. Pero hay que tener en cuenta que acompañar no significa tomar decisiones por el otro, sino ayudarlo y guiarlo a que asuma desafíos y tome caminos constructivos para su felicidad y realización personal. 
Esto es lo que proponemos dentro del deporte: acompañar sin decidir.

El deporte es mucho más que una actividad física: es equilibrio, inteligencia, es crecimiento.
Sabemos que los padres hoy día tienen muchas responsabilidades y el ritmo de vida que la sociedad exige es cada vez mayor. Sin embargo, hacen un gran esfuerzo por estar con sus hijas/os y por formar parte de los espacios en los que estos participan. Ser madres o padres de un deportista muchas veces implica madrugar el fin de semana porque hay partido; tener reuniones con entrenadores, entre otras.

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Pero tenemos que recordar todo lo positivo que una niña/o adquiere cuando se acerca a un club: adquiere valores de compañerismo, respeto, perseverancia y tolerancia a la frustración cuando se pierde o cuando las cosas no resultan como las que se planearon; fortalece su autoestima; mejora su confianza, desarrolla la coordinación y la capacidad de aprendizaje, genera empatía, y podríamos seguir nombrando.

En definitiva, practicar deporte nos forma y prepara para la vida, de una manera mas divertida y saludable.

Es importante que madre y/o padre acompañen en este camino del deporte a su hija/o, teniendo en cuenta que existen diferentes maneras de acompañar y que en cada una/o va a estar determinadas por su historia personal, la sociedad en la que vive, la cultura de la que forma parte, entre otras. 

Existen diferentes estilos de padres y madres:

  • los/las que acompañan de manera silenciosa, y no realizan comentarios durante ni después de un partido.
  • los/las que gritan durante los partidos, insultando a árbitros, rivales, entrenadores, cuestionando el juego.
  • los/las que no asisten, ni a entrenamientos ni partidos.
  • los/las que acompañan alentando y apoyando a su hija/o, mas allá del resultado, destacando cosas positivas, aunque sean pocas.

A estos últimos son a los que resaltamos. Y a los que toda madre o padre debería apuntar a ser.

El deporte entre padres e hijos | Flipbelt España

Lo que hay que comprender es que el deporte saca a la luz y expone algunas de nuestras debilidades y fortalezas, dentro y fuera de la cancha. Los padres que gritan, cuestionan, exigen generan en el entorno y en las niñas/os, tensión, estrés y frustraciones. Incluso, en muchas oportunidades son la razón por la cual la niña/o abandona el deporte, ya que la exigencia está siempre por encima de sus posibilidades.
Cada niña/o cuenta con un potencial inmenso y único, el cual tenemos la obligación de cuidarlo. Claro, no existe una formula mágica que nos indique hacia dónde ir o qué hacer en cada momento, pero si se puede dar confianza y seguridad. Esto significa hacerle saber a esta niña/o que tanto si acierta como si se equivoca, puede contar con el apoyo de papá y mamá. También implica que como padre/ madre repasen, cuestionen y hasta se modifiquen algunos pensamientos muy arraigados, que se han adquirido a lo largo de la vida.

Algunas recomendaciones a tener en cuenta son:

  • Escucharlas/os y comprenderlas/os: preguntarles si les gusta el deporte que practican, qué tal ha ido el día, el entrenamiento, saber si hay algo que les fastidia, que sepa que puede contar contigo.
  • Ser parte del desarrollo: no exigirles más de lo que puede dar en ese momento. Para ellas/os, es un juego, no un trabajo, asisten para divertirse y estar con sus amigos.
  • Son ellas/os quienes juegan, no tú: no intentes acaparar la atención gritando desde fuera y cuestionando las decisiones de árbitros y entrenadores.
  • Sé un ejemplo: aprendemos por imitación, lo que vean en ti es lo que irán teniendo como guía en su vida. Si gritas, gritaran, si peleas, pelearán. Sé consciente de tus actitudes y palabras, ellas/os aprenden de ti. 
  • Manejar los éxitos y fracasos: los extremos no son buenos, tanto la euforia de salir victoriosa/o como el pesimismo tras un fracaso. Se aprende a por ensayo y error. Fomenta la actitud participativa y persistente.
  • Ayudarle a organizar su cotidiano: de esta manera, disfrutara más del deporte y no llegara a estresarse (algo muy común en niñas/os).

G. Calvo y D. Garcia afirman que “Participar en una actividad deportiva organizada ayuda a crear rutinas saludables en el tiempo de ocio, lo que supone un factor de protección frente a la adicción a las nuevas tecnologías” (p.29). En definitiva, no se trata de que cada niño o niña sea el o la mejor de su equipo, sino de que mejore cada día y logre ser la mejor versión de sí mismo. Cada una/o tiene algo en lo que es el/la mejor, lo que hay que conseguir, como padre y madre es que desarrolle su potencial, y para eso lo mejor que podemos hacer es estar presentes en cada momento de su vida.

“Los valores son los ideales que la sociedad considera como óptimos para una determinada situación. El deporte es el contexto ideal para que estos valores se desarrollen y fortalezcan.”

Referencia bibliografica

  • Manual para padres: deporte y valores. G. Calvo, D. Garcia.

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