ISSN 2696-5151

Numero: 55 Año: 2020 Lugar de Edición: Barcelona, España Editor: Juan Pablo Cervigni

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Autor: Psicólogo Leandro Cavallaro González (Argentina)

Una de las primeras preguntas que podemos plantearnos como psicólogos del deporte es acerca de los motivos que llevan a la gente a acercarse a la práctica formal de un deporte. ¿Qué mueve a la gente a cumplir horarios, a comprometerse, a invertir su tiempo, su esfuerzo, -y en ocasiones también su dinero- para participar de un proceso de entrenamiento? Conocer las respuestas nos permitiría, por un lado, promover la inclusión de las personas en la práctica deportiva, y por otro lado nos ayudaría a prevenir la deserción al comprender qué cuestiones afectan a la motivación y la continuidad.

En nuestra cultura argentina, el fútbol representa un verdadero ícono. Hace ya un tiempo, su práctica se viene extendiendo más allá del ámbito meramente masculino/competitivo. Se ha difundido más allá de los clubes que compiten oficialmente, y se ha instalado como actividad recreativa, social y de bienestar de la que participan personas de todos géneros y edades, pasando a un segundo plano la cuestión técnica o competitiva (si bien el complemento de lo competitivo sigue siempre presente pero como una elección personal). En nuestra localidad de Chajarí, que tuvo siempre en el folklore del futbol de clubes barriales una de sus mayores tradiciones, es notable la proliferación de espacios de entrenamiento abiertos e inclusivos, acompañados del surgimiento de nuevas ligas y competiciones que invitan a todas las personas a incluirse en la práctica del futbol.

Por tanto, con el motivo de explorar las motivaciones más comunes que llevan a las personas a iniciarse en la práctica formalizada del fútbol en la ciudad de Chajarí, provincia de Entre Ríos (Arg), pero también con interés en indagar acerca de su experiencia y de su recorrido deportivo, se confeccionó un formulario online al cual los participantes pudieron ingresar virtualmente para contestar a una serie de consignas.

Participaron en la encuesta un total de 60 personas (25 mujeres y 35 hombres), de edades comprendidas entre los 12 y 61 años, agrupándose entre 23 y 30 años el mayor porcentaje de participantes.

Cuando se indagó acerca de la edad en que habían comenzado a entrenar por primera vez, se observó que la mayoría de los participantes empezaron antes de los 13 años –inclusive- (60%), aunque las edades de iniciación se extendieron hasta los 38 años, siendo las mujeres las que comenzaron a entrenar a edades mayores, lo cual posiblemente tenga que ver con la caída de los prejuicios y la gran difusión que está teniendo hace un tiempo la práctica del futbol femenino, invitando a muchas mujeres a acercarse por primera vez a este deporte.

Más del 60% de los encuestados se iniciaron en un club de Liga oficial (principalmente hombres), resultando los 8 años como edad promedio de iniciación en este ámbito. Respecto a aquellas personas que empezaron en un grupo particular, la gran mayoría fueron mujeres.

Cuando se preguntó a los participantes acerca de los motivos que los llevaron a comenzar la práctica del futbol, se les permitió elegir más de una opción, ya que cada persona puede verse impulsada desde muchos aspectos. Las motivaciones relacionadas a la pasión futbolera fueron las más citadas, con 46 menciones. 25 respuestas aludieron a motivaciones sociales y recreativas. 14 respuestas aludieron a la búsqueda de la salud y el bienestar: cabe mencionar que 11 de ellas vinieron de parte de mujeres. 12 menciones tuvieron que ver con la insistencia de algún familiar para comenzar; y la competitividad obtuvo 9 respuestas. Por ultimo, 2 respuestas se relacionaron con motivaciones inciertas. Al parecer, la pasión y el grupo son dos grandes motivadores de este deporte.

Con respecto a la constancia en el entrenamiento, más del 60% de los participantes afirmó haberse mantenido en actividad desde su comienzo, y se observó una ligera tendencia por sobre el 50% hacia permanecer en el mismo equipo.

Cuando se indago a los participantes que manifestaron haber cambiado de equipo acerca de los motivos de dicha decisión, 11 respuestas apuntaron a dificultades grupales (en 5 casos se debió a que las amistades habían dejado de entrenar). 7 respuestas tuvieron que ver con motivos de fuerza mayor asociados a circunstancias de la vida particular. 6 respuestas reflejaron malestar con la institución o equipo de trabajo, mientras que 5 respuestas tuvieron que ver con insatisfacciones con cuestiones técnicas o competitivas. Por ultimo, 2 respuestas reflejaron influencias de carácter afectivo externo, asociadas a personas cercanas.

Respecto al nivel de competición que alcanzaron los participantes, 27 personas llegaron a competir en Liga Oficial categoría adultos (futbol de primera, reserva, o futbol femenino), 34 participantes entrenaron en fútbol de inferiores/infantiles. 31 personas participaron en torneos recreativos (como la liga de profesionales), y 2 participantes manifestaron no haber participado en competiciones, por lo que podemos notar que la parte competitiva, si bien quizás no sea un fuerte motivador primario, es un condimento muy importante del fútbol una vez que nos insertamos en él.

Por último, cuando se indago acerca del tiempo que entrenaron, 36 personas entrenaron más de 5 años en total. 12 personas entrenaron entre 2 y 5 años, y 12 personas están transitando su primer año de entrenamiento. El hecho de que los que más años entrenaron hayan sido los hombres, y las que menos tiempo sumen sean las mujeres, se relaciona directamente con lo que pudimos ver en la edad de comienzo: el fútbol femenino lleva poco tiempo en su auge. Hace un tiempo atrás, las chicas no disponían de tantas oportunidades de practicar este deporte, y sobre todo, existía un enorme prejuicio al respecto.

Como cierre, podemos destacar el importante carácter social y grupal del futbol: ya sea en la pasión, que si bien es personal tiene un fuerte valor compartido (la hinchada, la tribuna, los cantos, el folklore), o también en la búsqueda de compartir espacios con amigos –y consecuentemente, el hecho de que se piense en abandonar los entrenamientos cuando aparecen dificultades de carácter grupal-, este deporte se caracteriza por las pasiones que mueve, y por eso mismo que tanto extrañamos hoy al no tener esos domingos de cancha. El papel de la salud en el entrenamiento aparece más marcado en edades mayores, donde parece surgir una intención de buscar en el entrenamiento y la pertenencia a un grupo una mejora en la calidad de vida, y se observó principalmente en torno a grupos de entrenamiento particulares, donde el aspecto técnico-competitivo no constituye un criterio de exclusión, como si suele suceder en clubes de liga oficial.

Como Psicólogos del Deporte y agentes de salud, debemos considerar en que ámbito nos desenvolvemos, y qué esperan los deportistas obtener de ellos, teniendo en cuenta estas tendencias para crear estrategias que promuevan el acercamiento de las personas a la práctica del futbol y fomentar su continuidad.

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