ISSN 2696-5151

Numero: 58 Año: 2020 Lugar de Edición: Barcelona, España Editor: Juan Pablo Cervigni

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Autor: Mtro. Psic. William René Martín Rosado(Mexico).

El retorno al deporte organizado en sus diferentes niveles y modalidades pondrá a prueba a deportistas, entrenadores/as, madres y padres de familia, directivos/as, jueces y árbitros ya que la situación global por la pandemia enfrentará a situaciones completamente nuevas a todas las personas involucradas en las diversas disciplinas deportivas. Elevados niveles de estrés, afectaciones en la motivación, dificultades para la adaptación a las cargas de entrenamiento y en la recuperación, bajos niveles de autoconfianza son algunos de los desafíos que deberán ser afrontados.

El estrés excesivo puede afectar la consecución de objetivos deportivos al incrementar la ansiedad debido a la sensación de incertidumbre, a la cercanía de competencias deportivas o por el solo hecho de regresar a algo que se dejó mucho tiempo; lo anterior puede aumentar los riesgos de aparición de lesiones deportivas, ocasionar dificultades para concentrarse, así como generar pensamientos negativos o de duda del propio desempeño aunado al temor de contagiarse de COVID – 19.

La motivación inadecuada, es decir una baja motivación para regresar a la actividad después de una pausa total o parcial prolongada o un exceso de motivación producto del deseo de estar nuevamente en el campo de acción, afectarán la adherencia y cumplimiento de los planes de entrenamiento; por una parte los poco motivados harán menos de lo que marca el plan, dificultando la óptima evolución en el desarrollo de capacidades y, por otra parte, los excesivamente motivados querrán hacer más de lo planeado incrementando los riesgos de lesiones o de sobreentrenamiento.

A su vez la dificultad para la adaptación a las cargas de entrenamiento y la recuperación dependerá de factores psicofisiológicos ya que cada cuerpo humano reaccionará diferente dependiendo de factores genéticos, la edad deportiva (tiempo practicando el deporte), las expectativas sobre el rendimiento, así como de las estrategias para el descanso y la alimentación.

La autoconfianza, por su parte, puede verse afectada por dudas, temores e inseguridades o también por el extremo opuesto, una confianza muy elevada que puede causar frustración si el desempeño esperado cumple con las expectativas propias.

Ante estos retos ¿qué pueden hacer los diferentes actores en el entorno deportivo?

  1. Garantizar al máximo las condiciones sanitarias para disminuir el estrés por un posible contagio de COVID – 19; dentro de las estrategias se recomienda que entrenadores, deportistas, padres/madres de familia, jueces y directivos tengan por escrito los requisitos indispensables y conductas permitidas en este regreso a la actividad priorizando la salud de todos los participantes.
  2. Apertura para la comunicación y el entendimiento mutuo de cada una de las partes. Cada persona ha vivido de una forma diferente la pandemia, generando sentimientos, pensamientos y conductas diversas. Es necesario que todos/as los involucrados en el deporte estén abiertos al diálogo ya que permitirá una retroalimentación sobre la fatiga, la adaptación, los temores y las expectativas sobre el desempeño esperado, así como ayudará a generar estrategias más eficaces para afrontar posibles dificultades.
  3. Establecimiento de objetivos realistas y actuales, es decir, evitar la comparación con rendimientos previos ya que en muchos casos habrá diferencias notables en el rendimiento que se tenía antes de la pandemia y ahora en el regreso deportivo. Por ese motivo deben de establecerse objetivos nuevos, basados en las evaluaciones físicas, médicas y psicológicas.
  4. Los/as deportistas deben sentirse apoyados por sus entrenadores, familia, personal de ciencias del deporte y directivos; se debe procurar un ambiente armonioso en el que se priorice la realización del deporte con un disfrute comprometido, es decir, disfrutar mientras se cumplen con los planes de trabajo, y se debe evitar un ambiente de presión por la consecución de resultados.
  5. Jueces y árbitros deben de tener una preparación física, teórica y psicológica para que en su retorno a las actividades la toma de decisiones no se vea afectada, así como desarrollar habilidades de comunicación para que apliquen los reglamentos en los que se deberá incluir el cumplimiento de medidas sanitarias por parte de los/as competidores.
  6. Es recomendable que los diferentes equipos deportivos cuenten con la asesoría de personal de ciencias aplicadas al deporte que constantemente oriente y supervise los entrenamientos para que orienten brindando información para disminuir riesgos para la salud, sin generar una falsa confianza, así como para implementar estrategias para favorecer la recuperación y adaptación a las cargas de entrenamiento.
  7. Implementación de planes psicológicos de preparación en los que se incluyan técnicas de relajación, visualizaciones, regulación de los pensamientos y emociones, establecimiento de objetivos, autovaloración, así como estrategias para beneficiar la motivación.

Es así que el panorama deportivo vivirá un momento inédito lo que debe verse como una oportunidad para generar estrategias novedosas en las que las ciencias aplicadas al deporte pueden ser importantes aliadas para afrontar con éxito el retorno a esta nueva etapa del deporte mundial.

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