ISSN 2696-5151

Número: 61 Año: 2021 Lugar de Edición: Barcelona, España Editor: Juan Pablo Cervigni

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Autora: Ps. Ailén Natalí Aramburú (Argentina)

Si queremos armar un plan de entrenamiento psicológico para un tenista, debemos poder tener en claro al menos dos aspectos: en primer lugar, qué es un plan de entrenamiento en habilidades psicológicas; y, en segundo lugar, cuáles son las habilidades o demandas psicológicas propias del deporte en el que estamos trabajando.

Comencemos entonces definiendo el entrenamiento en habilidades psicológicas. Podemos decir, que uno de los objetivos a los que apunta es a mejorar o mantener el rendimiento deportivo del jugador, es decir, trabajar para que el deportista pueda llegar a rendir al máximo de sus posibilidades en las distintas circunstancias en las que se encuentre. Como bien lo explica Villa (2015), es la puesta en punto del deportista para la competición, se optimizan los recursos para lograr un alto rendimiento; adquiriendo, mejorando y/o desarrollando distintas destrezas psicológicas. Una de las definiciones que deja más en claro qué es el entrenamiento psicológico es la dada por Balaguer y Castillo (1994, en Villa, 2015, pag.5) quienes lo definen como “la aplicación de una serie de teorías y técnicas procedentes de la psicología, dirigidas a la adquisición o mejora de las habilidades psicológicas necesarias para hacer frente a las distintas situaciones deportivas, de forma que permita mejorar o mantener el rendimiento deportivo, así como ayudar en el crecimiento y bienestar personal de los deportistas”. Vemos que dicha definición incluye tanto la mejora del rendimiento (única forma en la que podemos influir sobre el resultado), pero también el aspecto de crecimiento y bienestar personal de los deportistas, esto es fundamental ya que antes que deportistas son personas, que se encuentran en pleno desarrollo y formación. Podemos decir entonces, que el entrenamiento en habilidades psicológicas busca mejorar la fortaleza mental. Entendiendo a ésta como la capacidad de rendir al máximo de nuestras posibilidades más allá de la situación en la que nos encontremos. Cuidando siempre el crecimiento y bienestar personal.

Ahora si, podemos pensar cuáles son esas habilidades que vamos a incluir en nuestro plan de entrenamiento, ya sea para potenciarlas o generarlas. Para poder avanzar en este camino, es fundamental que tengamos conocimiento acerca del deporte en cuestión, esto permite identificar sus demandas de manera más simple. Si bien, hay muchas demandas en común en diferentes deportes, cada uno tiene algunas que lo caracterizan. Siguiendo esta línea, podemos enumerar las demandas que nos presenta el tenis:

-TOMA DE DECISIONES: éstas deben ser rápidas y buenas, cada golpe es una decisión a tomar, no hay tiempo para las dudas, si la decisión es buena pero lenta significa que todavía hay cosas por trabajar. Este es uno de los aspectos que considero que caracterizan a este deporte, la cantidad de decisiones que se toman a alta velocidad es impresionante. Dentro de esa toma de decisiones (ya sean dentro o fuera de la cancha, durante un punto o en los tiempos muertos), es fundamental poder distinguir entre “tener un plan” y “poder tomar decisiones consecuentes con ese plan, en cada momento”, es este uno de los aspectos donde suelen aparecer muchas grietas, y donde el trabajo debe ser exhaustivo.

-CONCENTRACIÓN: saber cuáles son los estímulos a los que se debe prestar atención y cuales evitar, tanto provenientes del exterior (ruidos, público, instrucciones de padres, entrenadores, entre otros) como del interior (preocupaciones, dudas, pensamientos negativos, etc.). Esto nos permite poder estar en el “yo, aquí y ahora”, tan importante para lograr rendir al máximo. Siguiendo esta línea de pensamiento, ¿Cuál es el punto más importante del partido? éste, el que estoy por jugar ahora, siempre éste es el más importante, al que acabo de jugar ya no lo puedo modificar, el que todavía no jugué, el match point, el break point, todavía no llegaron, si estoy pensando en ese, no estoy pensando en el que tengo que jugar ahora, los pensamientos son sucesivos, no simultáneos. Lograr estar enfocados en el “aquí y ahora”, implica no estar pendientes de los errores pasados o por lo que puede llegar a pasar en el futuro (por ejemplo, en el resultado del partido, en qué pasa si gano este punto, o si lo pierdo, qué dirá mi entrenador si lo gano o lo pierdo, o contra quien va a tocarme en la próxima ronda, si tengo que quedarme un día más en el torneo, etc.). A su vez, así como es tan importante poder lograr mantener la concentración en el tiempo, también lo es, lograr cambiar de focos y aprender a relajarla en algunos momentos claves como ser los cambios de lado, y luego volver a la concentración plena momentos antes de comenzar el próximo game.

-SABER QUÉ HACER Y PENSAR EN LOS TIEMPOS MUERTOS: el tenis es un deporte con muchos tiempos muertos, es decir, muchos momentos en los que la pelota no está en juego y que, en cierto nivel de competencia son incluso más extensos que los puntos en sí, estos son los momentos en los que suelen aparecer pensamientos negativos, dudas, miedos, etc., por ello es que es fundamental saber qué es lo que debemos pensar y hacer durante esos segundos para poder seguir enfocados en la tarea y no distraernos con otros pensamientos que nos jugarán en contra y hacen que nuestro nivel de rendimiento y confianza estén en riesgo de disminuir considerablemente. Ésta es otra de las demandas psicológicas que considero que caracterizan al tenis. Aquí se trabajan aspectos como:

.el autohabla positiva, que como bien lo explica Lesyk (1998) nos sirve para regular los pensamientos, los sentimientos y comportamientos, para mantener la autoconfianza en los momentos difíciles del partido o entrenamiento. Debemos trabajar para que sea positiva, realista, productiva, etc. A esto podemos agregar lo dicho por García Ucha (2005), quien sostiene que utilizar el autohabla positiva facilita el rendimiento, lleva a un cambio en las cogniciones y por lo tanto en las emociones y por último en las conductas. Por ello resulta fundamental mantener pensamientos y autohabla positiva, optimista y dirigidos a la acción (tengo que ser mi mejor amigo adentro de la cancha, lograr interiorizar lo que me diría mi entrenador para ayudarme);

.el control del lenguaje corporal (presencia en la cancha, caminar con pasos firmes, cabeza en alto, espalda erguida, hombros hacia atrás, cabeza de la raqueta hacia arriba, tener siempre una reacción corporal positiva luego de cada punto, entre otros) es un mensaje que le doy al otro y que me doy a mí, acá estoy, listo para la lucha, no estoy entregado;

.la respiración, muy ligada a las emociones. Si logro controlar mi respiración, puedo comenzar a influir sobre mis emociones, y me hace salir del pensamiento conciente de lo que me da miedo o me genera ansiedad; a su vez, para lograr tomar decisiones buenas y rápidas (aspecto que mencionamos como fundamental en el tenis), debo poder oxigenar mi cerebro adecuadamente.

.la actitud, que retomando a Lesyk (1998), debe ser vista como una elección y ser mayoritariamente positiva, puesta en acción para lograr la excelencia y no la perfección, poder entender que el deporte es una oportunidad de competir con uno mismo y de aprender de las victorias y las derrotas, etc.; .el control de emociones, manejo de la presión y demás aspectos que iremos mencionando, también entran en juego en estos tiempos muertos, que pueden parecen insignificantes, pero que si logramos utilizarlos a favor, marcan una gran diferencia. Para ello, el poder elaborar rutinas, entrenarlas y respetarlas, es de gran ayuda para los deportistas. Las rutinas me mantienen haciendo algo seguro, que controlo, familiar, y además me llenan espacio mental, me aseguro que estoy pensando algo que me hace bien, y prevengo que aparezcan otras emociones o pensamientos que me alejan de mi tarea, y si aparecen las detecto rápido y las modifico. Los pensamientos aparecen automáticos muchas veces y las emociones irrumpen, no puedo evitarlo, pero sí puedo identificar que aparecieron y no dejar que se queden a molestarme todo el tiempo.

-MOTIVACIÓN: fundamental como motor de la práctica, vemos que es importante conocer cuál es la motivación del deportista ya que, en tanto da energía y dirección a lo que hacemos y buscamos, resulta indispensable para tener objetivos claros, realistas, desafiantes y alcanzables, y mantener la práctica en momentos difíciles y en los que los resultados no se dan de forma instantánea. No alcanza con saber que quiero, es necesario saber qué y cómo voy a hacer para alcanzar eso, evaluarlo y seguir. Podemos agregar aquí, que los tiempos de pandemia que nos tocan vivir, hacen que el trabajo sobre la motivación y un buen diseño de objetivos sean de un valor incalculable, ya sea en tiempo de confinamiento como de vuelta a la práctica.

-AUTOCONFIANZA: entendiéndola, siguiendo a Buceta, como “un estado interno caracterizado por la convicción realista de que uno es eficaz para enfrentarse con posibilidades de éxito a las demandas del entrenamiento y la competición”(pag.1), si bien el deportista puede darse cuenta de las dificultades que implica la tarea, también puede reconocer los recursos que posee para poder hacerle frente, y tiene la convicción de que podrá alcanzar el objetivo, pero tampoco cree ciegamente en que será exitoso. Vemos que en el tenis, en donde los errores por partido son muchos, es fundamental poder mantener el nivel de confianza, para poder superarlos, sabiendo que los errores son algo posible y esperable, pero que más allá de ellos se tiene la capacidad de corregirse, de superar los malos momentos por los que se pueda pasar en un partido o entrenamiento, etc. La autoconfianza elevada tiene mucha correlación con la buena toma de decisiones y la seguridad con las que se las ejecuta luego.

-CONTROL DE EMOCIONES: como sostiene Lesyk (1998), el deportista debe poder aceptar las emociones fuertes como parte del deporte y tratar de usarlas para mejorar su desempeño y no permitir que ellas interfieran negativamente en su rendimiento. Aquí se vuelve a tomar en consideración la cantidad de errores por partido, ya que los mismos pueden llevar al deportista a entrar en una cadena de preocupaciones, de pensamientos negativos, de emociones negativas, como ser el enojo, de la que muchas veces es difícil salir. Por ello, el poder estar enfocado en pensamientos sobre la tarea, en el aquí y ahora con actitud y autohabla positivas hacen que se puedan evitar o cortar más rápidamente los pensamientos y emociones negativos, volviendo a concentrarse en aquellos aspectos que suman al rendimiento. A esto podemos agregar que nosotros somos seres emocionales que pensamos, muchas veces hay emociones que irrumpen, y si las dejamos crecer libremente nos invalidan, nos bloquean o nos hacen actuar impulsivamente, así que allí tenemos que poder poner en práctica diferentes técnicas para ayudarnos a equilibrar nuestras

emociones, a regularnos mejor. Las emociones son energía, todas las emociones son funcionales a nuestra vida, el miedo es necesario, nos hace estar alertas para sobrevivir, defendernos, etc, tenemos que aprender a reconocerlos, y usar su energía a nuestro favor, y estando en competencia poder controlarlos, el momento de evaluarlos y trabajarlos es otro, no el partido.

-TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN: ésta es otra de las demandas que considero que caracterizan al tenis y está muy ligada a lo que venimos mencionando hasta el momento, poder aceptar los errores, que abundan en este deporte, perseverar, seguir adelante con confianza en que podemos cambiar la situación si estamos enfocados en lo que está bajo nuestro control. Entender que vamos a tener errores y que lo fundamental es aprender de ellos sin quedarse enganchado en los mismos sino seguir adelante en el próximo punto. Comenzando de cero, olvidando el error anterior y focalizando en este punto, en realidad, en lo que voy a hacer en este punto, en mi tarea, en el presente, lo único en lo que podemos intervenir para cambiar la situación. Y hacerlo poniendonos objetivos coherentes con la situación en la que me encuentro

-EL BUEN MANEJO DE LA PRESIÓN: esto tiene que ver con la forma en que pensamos y encaramos las situaciones, poder interpretar las situaciones de forma adecuada hace que la posibilidad de sentir presión disminuya considerablemente, es normal estar nerviosos frente a determinadas situaciones, lo que debemos lograr es ver ese nerviosismo como parte de la situación deportiva y estar seguros de que tenemos las herramientas para enfrentarlo sin que interfiera negativamente en el rendimiento. En cambio, si lo interpretamos como algo dañino, amenazante, allí es cuando corremos riesgo de bloquearnos o no rendir al máximo. Esto es lo que ocurre con la presión, la forma en que interpretamos las situaciones son las que nos llevan a sentirnos y actuar de determinadas maneras, así si controlamos la forma en que pensamos momentos claves de la competencia o partidos que consideramos importantes, entonces lograremos sentirnos mucho menos presionados al jugar.

Una vez que determinamos estas demandas/habilidades, como importantes en la práctica del tenis, podemos comenzar a trabajarlas, para ello, se puede armar un plan de entrenamiento en cancha, realizar los encuentros de entrevistas y trabajo cara a cara necesarios, donde exista un tiempo donde poder presentar, enseñar y entrenar las diferentes técnicas, identificar objetivos, charlar de distintos temas, etc. En fin, psicoeducar, siempre psicoeducar, al jugador, a los padres, a los entrenadores, y trabajar en conjunto, ya que creo que el crecimiento y los logros son: de y en equipo.

Bibliografía: Buceta, M. “La falsa confianza”. Extraído el 20 de marzo de 2016, de www.palestraweb.com

García Ucha, F. (2005) “Golf y Psicología del Deporte” en “Alto Rendimiento (psicología y deporte)” de Roffe, M. y García Ucha, F. Lugar Editorial. Buenos Aires, Argentina.

Lesyk, J. (1998) “The nine mental skills of succesfull athletes”. Extraído el 20 de marzo de 2016, de www.sportpsych.org/nine-mental-skills-overview

Villa, J. (2015) “Modulo VII: Introducción al entrenamiento en habilidades psicológicas”. Especialización en Psicología del Deporte: Fundamentos de la Psicología del Deporte. APDA. Buenos Aires, Argentina.

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