Numero: 92. Año: 5. Lugar de Edición: Barcelona, España Editor: Juan Pablo Cervigni
(ISSN 2696-5151)
Numero de Visitas: 102
Autora: Psi. Ailén Natalí Aramburú (Argentina)
Este artículo nació de la idea de terminar de ordenar algunas ideas acerca de cómo preparar una competencia. En términos de cómo pensarla, como delimitar objetivos, como buscar la máxima motivación y desempeño en la misma, en pos de que el deportista pueda enfrentarla y recorrerla utilizando las herramientas adquiridas y detrás de objetivos desafiantes, posibles y cargados de un sentido personal.
En la tarea de darle vida a esas ideas a través de estos párrafos, mi mirada se fue corriendo hacia otros lugares y momentos del trabajo en el consultorio/cancha, que consideré mucho más ricos para llegar a expresar lo que quería. Y me remonte, al igual que en otras ocasiones, al trabajo en una pretemporada de verano. ¿Por qué? porque preparar una competencia no comienza una semana previa a la misma, sino que en esa semana terminamos de fijar objetivos, recordar y valorar el trabajo que hicimos hasta ese momento.

Entonces, pienso en un esquema de trabajo de meses, que podríamos enumerar de la siguiente forma: “objetivo, para que, cómo, foco, registro y validación”. Esos son los puntos que considero que deberíamos abarcar y recorrer en el trabajo con deportistas, y sobre todo con deportistas en formación. ¿Y qué es lo que argumenta este enfoque? Que como bien nos explica Carlos Giesenow, la fortaleza mental tiene 5 componentes claves:
motivación, control, autoconfianza, concentración, y conocimiento de sí mismo. Y creo que tener en mente estos cinco componentes en el trabajo diario es fundamental para que el camino vaya tomando forma. Sumando además, que el deportista pueda “entender cómo funciona lo que trabaja, el por qué de trabajarlo ahora, de esta manera y para qué”, esto hace que su compromiso, y su esfuerzo aumenten, y si a todo esto le agregamos que el
objetivo puede ser pensado en conjunto, es decir, que el deportista también tenga lugar a expresarse en relación a los objetivos que se buscan, logramos que la identificación y la constancia también crezcan.
Ahora, ¿cómo logramos bajar todas estas ideas a un plan simple?, un plan que podamos comenzar a poner en movimiento, que nos permita delinear objetivos significativos, entrenar en pos de los mismos, logrando entender para qué entreno cada cosa, cómo hacerlo e ir registrando tanto mis avances como los obstáculos que se me presentan e intentos de superarlos. Pareciera un trabajo demasiado ambicioso, pero con cierto orden y análisis
podemos conseguirlo. En mi caso, busqué crear una planilla de objetivos y seguimiento diario de los mismos, en la que todos los puntos anteriores estuvieran incluidos. Dicha planilla consta de 7 columnas, de las cuales, las primeras 3 son completadas al momento de armar la misma, y las otras 4 se van completando día a día, el deportista las completa luego de su entrenamiento diario.
A las primeras 3 las nombre de la siguiente manera: “1- Objetivo, 2- Mi motor/para qué, 3-Cómo lo hago”. Estas 3 las completamos junto con el deportista, obviamente con intervención del profe también. Creo que al momento de empezar a diseñarlas, es clave cómo las explicamos y cómo logramos que el deportista las entienda, debemos poder comunicar de una forma adecuada para que algunos conceptos un tanto complicados sean entendidos, por ejemplo, por un jugador de 12 años que busca nuestra ayuda.
La número uno “objetivo” es la que resulta más fácil de definir en principio, que quiero conseguir en estos meses de entrenamiento, que quiero lograr, trabajar, incorporar, perfeccionar, etc. Tenemos que lograr que sea un objetivo específico.
En la número dos: “mi motor, para que”, comenzamos a pensar qué me mueve para intentar conseguir eso, para qué lo quiero; lo que surja de esta columna, va a ser lo que haga que el deportista no desista en sus esfuerzos diarios, es lo que va a hacer que sigaentrenando en esos momentos en los que preferiría dejar, ya sea porque esté cansado, porque las cosas no salgan como él esperaba, porque son las dos de la tarde, hace calor y mis amigos estan en la pileta tomando mates o durmiendo la siesta con aire, entre otras opciones. Considero que el detalle de esta columna es fundamental, ya que es la que logra sostener en el tiempo mi compromiso y entrega con el objetivo particular, es el fuego que me alimenta incluso en los peores momentos, por eso es “mi motor”. Por esto es que necesitamos que el deportista lo cargue con su sentido personal además del sentido que
pueda ser transmitido por profes y psico.
La número tres: “cómo lo hago”, es donde tenemos que lograr transformar el objetivo en sí, en una tarea, una consigna, operacionalizarlo, de forma concreta y clara para el entrenamiento. Es poder entender qué es lo que tengo que hacer para conseguir mi objetivo y cómo lo voy a hacer dentro de 2 horas cuando me vaya a entrenar.
Ya tenemos las tres primeras columnas completas, y fue el deportista quien fue cargandolas de sentido, eligiendo (en conjunto y guiado por el profe y psico) los objetivos y por el hecho de lograr entender para que le sirven, poder encontrar qué lo mueve a buscarlos. Estas tres columnas son la base de nuestra planificación, y quedan armadas para los próximos meses de trabajo, claramente el seguimiento que hagamos de la planilla puede ir haciendo que
algunos objetivos sean retocados, por ejemplo, si fueron alcanzados.
Pasemos ahora a las siguientes 4. La número 4 y 5 las llame: “4- Qué obstáculos tuve, y 5- Cómo los resolví o intente resolverlos”. En estas dos, hacemos el trabajo de registrar cómo fue mi entrenamiento, qué me costó más, si hubo algún imprevisto; y también qué herramientas usé para intentar sobreponerme a ello. Cuando nos ponemos a analizar los registros de una semana de trabajo, podemos ver si el deportista está logrando usar
algunas de las herramientas que trabajamos, si las que usó le sirvieron, sí podría haber utilizado otras, cuáles se les ocurren o cuáles les resultan más cómodas de aplicar y por qué, si puede accionar con herramientas aprendidas o no, cuál está siendo su forma de afrontar obstáculos, si es necesario que encontremos nuevas herramientas para ello, etc.
Nos brinda información super necesaria para evaluar, ajustar y seguir aprendiendo, y a su vez, nos da posibilidad de registrar y valorar los avances que se van dando. Creo que la valoración/validación y autovaloración son fundamentales en el trabajo, su potencia es increíble, y son muchas las ocasiones en las que no nos damos cuenta de su poder transformador, de su rico aporte al crecimiento. E incluso, las desestimamos, y aprendemos,
en diferentes entornos, a ver y marcar fallas, pero no a registrar avances y esfuerzos. Hay una frase que me gusta mucho, pero no recuerdo en donde la escuché, la misma dice “valorarme por lo que hago para lograr y no solo por lo que logro, y te aseguro que mi confianza crecerá”. Muchas veces, hacemos esfuerzos que no son realmente valorados por nosotros mismos, solo por el hecho de que todavía no alcanzamos el objetivo final deseado,
o incluso, aunque lo hayamos alcanzado, y allí nos perdemos una fuente de energía propia increible.
Por último, las columnas 6 y 7 son: “6- Cuánto esfuerzo le puse y 7- Cómo me fue”, estas dos últimas también nos dan información valiosa, y si bien es información subjetiva, no por ello menos significativa. Ya que con el diseño de estas columnas resaltamos la labor, el desempeño, enamorarnos un poco más del camino porque ese es mi verdadero día a día, lo que elijo y me hace feliz. Cuán rápido llega el resultado no es el objetivo principal hoy. En
otros casos quizás sí, e incluso en esos casos, creo, que este enfoque podría servir. Y esto, porque no debemos perder de vista que quien se acerca a nosotros para buscar ayuda, es una persona, por lo que es fundamental que velemos por su bienestar más allá de sus resultados. Buscamos ciertos resultados pero no dejando de lado su bienestar. Y bienestar no supone poco sacrificio, que no existan momentos difíciles o quedarme haciendo la
planchita en mi zona de confort, nos referimos a sensación y búsqueda de bienestar reconociendo lo que quiero y trabajando con empeño, superando obstáculos, construyendo confianza, y valorando los pequeños éxitos en pos de conseguir mis objetivos. Con estas dos columnas también hacemos hincapié en que no siempre mis esfuerzos van seguidos de un resultado exitoso instantáneo, esto no es algo tan sencillo de comprender a temprana
edad, por lo que debemos hablarlo, psicoeducar a medida que vamos haciendo un seguimiento de la planilla y trabajar sobre ese registro. El poder ir haciendo un autorregistro y un posterior análisis de estas anotaciones, nos posibilita entender por dónde estamos avanzando o no, y cómo ajustar el trabajo; y sumo a esto, que el acompañar los esfuerzos del deportista, en todos sus momentos,sean buenos o no, resulta muy importante para ellos.
En fin, estas columnas buscan poder ponerle acción a esos motivos propios, lograr que los objetivos no sean simples palabritas escritas que tengo que alcanzar, sino que sean algo que realmente deseo conseguir, cargados de sentido, que orienten mi trabajo diario y que hagan que recorrerlo no sea una obligación o un peso, sino una elección, una oportunidad de crecimiento y de aprender a valorarme en cada paso. Y quizás, cuando menos me de
cuenta, me sorprenda a mí mismo con mi rendimiento.
Les dejo dos ejemplos simples, de las primeras columnas:
1-Objetivo: Mejorar mi parte física, exigirme más en lo físico
2- Motor: poder luchar un tercer set hasta el final. Que mi cuerpo pueda luchar todo el tiempo que mi mente quiera luchar.
3-Cuando mi cabeza me dice que quiere parar,y quiere justificarse “ya entrenaste una hora entera re bien”, me exijo a terminar el ejercicio o seguir 10 min más, corro mi límite un poquito y sigo con la intensidad máxima que pueda sostener en ese momento.
1- Objetivo: Siempre volver al medio, recuperar mejor la cancha y estar bien parada
2-Motor: estar lista y cómoda para todas las pelotas. Poder llegar a tiempo y pegar bien, cómo y a donde quiera, usando la fuerza desde el piso.
3- Cómo lo hago: Palabras clave “pego y vuelvo”
4- Obstáculo: pensamiento “no ves que no te sale, deja nomás”
5- Como lo resolvi o intente resolverlo: Intentar frenar el pensamiento, cuestionarlo, volver a enfocarme en mi tarea, en algo chiquitito primero y luego avanzar desde ahí. “Para que me sirve pensar así? me ayuda a conseguir lo que quiero o a sentirme mejor?. Voy a volver a activar las piernas, “split, busco, pego, vuelvo” arranco solo por eso, y no importa si no entran todas ahora”
En conclusión, y para ligar este diseño con los 5 componentes claves de la fortaleza mental, les comparto un párrafo de Giesenow “si estoy convencido de los objetivos que me tracé (motivación), teniendo en claro a qué aspiro y qué significado tiene lo que hago para mí (conocimiento de mí mismo), puedo diariamente poner el esfuerzo y realizar las acciones pertinentes sin dejarme sobrepasar por la presión (control). Para ello necesito creer que tengo la capacidad suficiente para alcanzar las metas o que puedo aprender las destrezas necesarias (autoconfianza) y dejarme guiar por mis objetivos y encaminar mis esfuerzos de modo eficiente hacia ellos (concentración)”. Las columnas nos desafían a conocernos un poco más, pudiendo indagar qué es lo que queremos y porque, con qué herramientas contamos para ello, cuáles podemos desarrollar, nos ayuda a enfocarnos en consignas clave para trabajar, sabiendo que estamos realizando un esfuerzo inteligente y que
podemos aprender a valorarlo y no solo nuestros logros.
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